Las Penas del Infierno Reveladas por Jesús a Santa Faustina y otros Videntes
Hoy en día existe el supuesto de que “todos” van al cielo por defecto.
Y quizás alguno al purgatorio, los más conscientes de sus pecados.
La teología del fuego y el azufre no está de moda.
Y en general las conferencias episcopales no se sienten confortables con ella.
La afirmación, ya de por si atrevida, de que “esperamos que todos los hombres se salven” ha sido sobrepasada.
Y se ha convertido en “¿cómo puedes pensar que todos los hombres no serán salvados?”
Pero sabemos que hay un antídoto, que es la vida de oración.
EL PODER DE LA ORACIÓN CONTRA EL INFIERNO
Las dos apariciones de mayor trascendencia del siglo XX fueron la aparición de Nuestra Señora a los niños de Fátima y la aparición de Nuestro Señor a Santa Faustina Kowalska.
En estas visitaciones, la Santísima Virgen María y Jesucristo instan a la Humanidad a rechazar el pecado y a orar incesantemente.
Nuestra Señora exaltó el poder del rezo diario del Rosario para conversión y penitencia.
Nuestro Señor le enseñó a la hermana Faustina la Coronilla de la Divina Misericordia para apelar a la misericordia de Dios.
CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA:
(se utiliza un rosario común de cinco decenas)
1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo (de los apóstoles).
Credo de los apóstoles:
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.
2. En las cuentas grandes correspondientes al Padre Nuestro (una vez) decir:
“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
como propiciación de nuestros
pecados y los del mundo entero.”
3. En las cuentas pequeñas correspondientes al Ave María (diez veces) decir:
“Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.”
4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
“Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero.”
5. Oración final (opcional):
“Oh Sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío.”
Rezarla preferentemente a las 3:00 pm. “La hora de La Misericordia”
Especialmente en favor de los pecadores y moribundos.
Y el Ángel de Portugal les enseño a los pastorcitos de Fátima la jaculatoria para rezar el rosario.
El mensaje de Dios para nosotros es inequívoco: La vida es breve.
El tiempo para la misericordia y el perdón es ahora.
Cuando Cristo regrese, al final de la Historia, será como Justo Juez que separa a los buenos de los malvados.

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A truth spoken before its time is dangerous.
When God throws the dice are loaded.